a. Hay tres Parcas asociadas, vestidas de blanco, a
las que Erebo engendró en la Noche: se llaman Cloto, Láquesis y Atropo. De
ellas. Atropo es la menor en estatura, pero la más terrible[1].
b. Zeus, quien pesa las vidas de los hombres e
informa a las Parcas de sus decisiones, puede, segur, se dice, cambiar de opinión
e intervenir para salvar a quien desee cuando el hilo de la vida, hilado en el
huso de Cloto, y medido con la vara de Láquesis, está a punto de ser cortado con las tijeras de Atropo. En realidad, los hombres
pretenden que ellos mismos pueden, hasta cierto punto, dirigir sus propios
destinos evitando peligros innecesarios. Los dioses más jóvenes, por lo tanto,
se ríen de las Parcas y algunos dicen que Apolo las emborrachó traviesamente en
una ocasión para salvar de la muerte a su amigo Admeto[2].
c. Otros sostienen, al contrario, que el propio Zeus
está sometido a las Parcas, como la sacerdotisa Pitia confesó en una ocasión
por medio de un oráculo, porque no son hijas suyas, sino hijas partenogénitas
de la Gran Diosa Necesidad, contra quien ni siquiera los dioses contienden y a
la que se llama «el Destino Fuerte»[3].
d. En Delfos sólo se rinde culto
a dos Parcas, la del Nacimiento y la de la Muerte; y en Atenas Afrodita Urania,
es denominada la mayor de las tres[4].
*
1. Este mito parece fundarse en la costumbre de
tejer las marcas de la familia y del clan en los pañales de un recién nacido,
asignándole así su lugar en la sociedad (véase 60.2), pero las Moiras, o Tres
Parcas, son la triple diosa Luna, y de aquí sus túnicas blancas y el hilo de
lino que se consagra a la diosa como Isis. Cloto es la «hilandera», Láquesis la
«medidora» y Atropo «la que no puede ser desviada o eludida». Moira significa
«una parte» o «una fase», y la luna tiene tres fases y tres personas: la luna
nueva, la diosa doncella de la primavera, el primer período del año; la luna
llena, la diosa ninfa del verano, el segundo período, y la luna vieja, la diosa
vieja del otoño, el último período (véase 60.2).
2. Zeus se llamó a sí mismo «el Jefe de las Parcas»
cuando asumió la soberanía suprema y la prerrogativa de medir la vida del
hombre; a esto se debe, probablemente, la desaparición de Láquesis, «la
medidora», en Delfos. Pero su pretensión de que era su padre no fue tomada en
serio por Esquilo, Herodoto ni Platón.
3. Los atenienses llamaban Afrodita Urania a «la
mayor de las Parcas» porque era la diosa ninfa a la que el rey sagrado, en la
antigüedad, era sacrificado en el solsticio de verano. «Urania» significa
«reina de las montañas» (véase 19.3).
[1]
Homero: Ilíada xxiv.49; Himno órfico xxxiii; Hesíodo: Teogonía
217 y ss. y 904; Escudo de Heracles
259.
[2]
Homero: Ilíada viii.69 y xxii.209; xvi.434 y
441-3; Virgilio: Eneida x.814; Homero:
Odisea i.34; Ilíada ix.411.
[3] Esquilo: Prometeo 511 y 515; Herodoto: i.91;
Platón: República x. 14-16; Simónides:
viii.20.
[4]
Homero: Ilíada xvi.334; Pausanias: x.24.4.
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