a. Afrodita, Diosa del Deseo, surgió desnuda de la
espuma del mar y, surcando las olas en una venera, desembarcó primero en la
isla de Citera; pero como le pareció una isla muy pequeña, pasó al Peloponeso y
más tarde fijó su residencia en Pafos, Chipre, todavía la sede principal de su
culto. La hierba y las flores brotaban de la tierra dondequiera que pisaba. En
Pafos las Estaciones, hijas de Temis, se apresuraron a vestirla y adornarla.
b. Algunos sostienen que surgió de la espuma que se
formó alrededor de los órganos genitales de Urano cuando Crono los arrojó al
mar; otros que Zeus la engendró en Dione. hija del Océano y Tetis, la ninfa del
mar, o bien del Aire y la Tierra. Pero todos están de acuerdo en que se echa a
volar acompañada de palomas y gorriones[1].
*
1. Afrodita («nacida de la espuma») es la misma
diosa de extenso gobierno que surgió del Caos y bailó sobre el mar y que era
adorada en Siria y Palestina como Íshtar o Ashtaroth (véase 1.1). El centro de
su culto más famoso era Pafos, donde la imagen anicónica blanca original de la
diosa se puede ver todavía en las ruinas de un grandioso templo romano; allí
cada primavera su sacerdotisa se bañaba en el mar y volvía a salir de él renovada.
2. Se la llama hija de Dione porque Dione era la
diosa del roble en el que anidaba la paloma amorosa (véase 51.a). Zeus pretendió que era su padre después de haberse apoderado del
oráculo de Dione en Dodona, y en consecuencia Dione se convirtió en su madre:
«Tethys» y «Tetis» son nombres de la diosa como Creadora (derivada, como
«Temis» y «Teseo», de tithenai,
«disponer», «ordenar») y como diosa del Mar, pues la vida comenzó en el mar
(véase 2.a). Las palomas y los gorriones se caracterizaban por su lascivia, y
al pescado y los mariscos se los considera todavía afrodisíacos en todo el
Mediterráneo.
3. Citera era un centro importante del comercio de
Creta en el Peloponeso, y sin duda se introdujo desde allí en Grecia el culto
de la diosa. La diosa cretense estaba íntimamente asociada con el mar. Las
conchas alfombraban el suelo de su palacio santuario en Cnosos; en una joya de
la Caverna del Ida se la representa soplando una concha de tritón, con una
anémona de mar junto a su altar; el erizo de mar y la jibia (véase 81.1) le
estaban consagrados. Una concha de tritón se encontró en su santuario primitivo
de Festo y muchas más se han hallado en tumbas minoicas posteriores; algunas de
ellas son copias en terracota.
[1]
Hesíodo: Teogonía 188-200 y 353; Festo Gramático:
iii.2; Himno homérico a Afrodita
ii.5; Apolodoro: i.1.3.
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