a. El rey Belo, que gobernaba en Quemis de la Tebas
egipcia, era hijo de Libia y Posidón y hermano mellizo de Agenor. Su esposa
Anquínoe, hija del Nilo, le dio dos mellizos, Egipto y Dánao, y un tercer hijo,
Cefeo[1].
b. A Egipto se le dio Arabia por reino, pero subyugó
también la región de los melámpodes, a la que dio su nombre de Egipto. Le
nacieron cincuenta hijos de diversas madres: libias, árabes, fenicias, etc.
Dánao, enviado para que gobernase Libia, tuvo cincuenta hijas, llamadas las
Danaides, nacidas también de varias madres: náyades, hamadríadas, princesas
egipcias de Elefantina y Menfis, etíopes, etc.
c. Cuando murió Belo, los hermanos mellizos se pelearon
por la herencia y como un gesto conciliador Egipto propuso un casamiento
general entre los cincuenta príncipes y las cincuenta princesas. Dánao,
sospechando un complot, no quería consentir en ello y, cuando un oráculo
confirmó sus temores de que Egipto se proponía matar a todas las Danaides, se
dispuso a huir de Libia[2].
d. Con ayuda de Atenea construyó un barco para él y
sus hijas —el primer barco de dos proas que se hizo a la mar— y navegaron con
rumbo a Grecia pasando por Rodas. Allí Dánao dedicó una imagen a Atenea en un
templo que le erigieron las Danaides, tres de las cuales murieron durante su
estada en la Isla; las ciudades de Lindo, Yáliso y Camiro llevan sus nombres[3].
e. Desde Rodas navegaron al Peloponeso y
desembarcaron cerca de Lerna, donde Dánao anunció que había sido elegido por voluntad
divina para ser rey de Argos. Aunque el rey argivo, Gelanor, se rió de esa
pretensión, como era natural, sus súbditos se reunieron esa tarde para
discutirla. Sin duda Gelanor habría conservado el trono, a pesar de la
declaración de Dánao de que Atenea le apoyaba, si los argivos no hubieran
aplazado su decisión hasta el amanecer, cuando un lobo descendió audazmente de
las montañas, atacó a una vacada que pacía cerca de las murallas de la ciudad y
mató al toro principal. Los argivos interpretaron eso como el anuncio de que
Dánao se apoderaría del trono por la violencia si se le hacía resistencia, y en
consecuencia convencieron a Gelanor para que abdicara pacíficamente.
f. Dánao, convencido de que el lobo había sido Apolo
disfrazado, dedicó el famoso templo a Apolo Lobuno en Argos y llegó a ser un
gobernante tan poderoso que todos los pelasgos de Grecia se llamaban a sí
mismos dánaos. También construyó la ciudadela de Argos, y sus hijas llevaron
los Misterios de Deméter, llamados Tesmoforias, de Egipto, y los enseñaron a
las mujeres pelasgas. Pero desde la invasión doria ya no se realizan las
Tesmoforias en el Peloponeso, salvo en Arcadia[4].
g. Cuando Dánao llegó a Argólida este país sufría
una prolongada sequía, pues Posidón, ofendido por la decisión de Inaco de que
el territorio pertenecía a Hera, había secado todos los ríos, y arroyos. Envió
a sus hijas en busca de agua, con la orden de aplacar a Posidón por cualquier
medio. Una de ellas, llamada Amimone, cuando perseguía a un ciervo en el
bosque, molestó sin querer a un sátiro que dormía. El sátiro se levantó de un
salto y trató de violarla, pero Posidón, a quien ella invocó, arrojó su tridente
al sátiro. Éste, que huía, se escabulló y el tridente fue a clavarse en una
roca, y Posidón yació con Amimone, quien se alegró de poder cumplir tan
gratamente las órdenes de su padre. Al enterarse de cuál era su mandado,
Posidón señaló su tridente y le dijo a Amimone que lo arrancase de la roca.
Cuando ella lo hizo, tres corrientes de agua brotaron de los tres agujeros
hechos por los dientes del tridente. Este manantial, llamado ahora el Amimone,
es la fuente del río Lerna, que nunca se seca, ni siquiera en pleno verano[5].
h. En Amimone dio a luz Equidna bajo un sicómoro a
la monstruosa Hidra. Vivía en las cercanías del lago de Lerna, al que acuden
los asesinos para purificarse, y de ahí viene el proverbio: «Una Lerna de
males»[6].
i. Egipto envió entonces sus hijos a Argos y les
prohibió que volvieran hasta que hubieran castigado a Dánao y toda su familia.
A su llegada suplicaron a Dánao que revocara su anterior decisión y les
permitiera casarse con sus hijas, pero con el propósito de asesinarlas en la noche de bodas. Como él volvió a negárselo, pusieron sitio a Argos.
Ahora bien, no había fuentes en la ciudadela argiva, y aunque las Danaides
inventaron luego el arte de cavar pozos y proveyeron a la ciudad con varios de
ellos, incluso cuatro sagrados, carecía de agua en aquel momento. Comprendiendo
que la sed le obligaría pronto a capitular, Dánao prometió hacer lo que pedían
los hijos de Egipto tan pronto como levantaran el sitio[7].
j. Se concertó una boda conjunta y Dánao formó las
parejas, basando su elección en algunos casos en que la novia y el novio tenían
madre de la misma categoría, o en que sus nombres eran parecidos —así Clite,
Estánele y Crisipe se casaron con Clito, Esténelo y Crisipo—, pero en la
mayoría de los casos echó suertes valiéndose de un yelmo[8].
k. Durante el banquete de bodas
Dánao distribuyó en secreto agudos alfileres que sus hijas ocultaron en el
cabello y a medianoche cada una de ellas clavó el suyo en el corazón de su
marido. Sólo quedó un sobreviviente; por consejo de Ártemis, Hipermestra salvó
la vida de Linceo porque éste había respetado su virginidad, y le ayudó a huir
a la ciudad de Lincea, a sesenta estadios de distancia. Hipermestra le suplicó
que encendiera un fuego de señal para hacerle saber que se había puesto a
salvo, y ella contestaría del mismo modo desde la ciudadela; y los argivos
todavía encienden anualmente fuegos de señal en conmemoración de ese pacto. Al
amanecer se enteró Dánao de la desobediencia de Hipermestra y fue sometida a
juicio con peligro de su vida, pero los jueces argivos la absolvieron. En
consecuencia, ella erigió una estatua a Afrodita Victoriosa en el templo de
Apolo Lobuno y además dedicó un templo a Ártemis Persuasiva[9].
l. Las cabezas de los hombres asesinados fueron
enterradas en Lerna y a sus cuerpos se le rindieron honores fúnebres bajo las murallas de Argos; pero, aunque Atenea y Hermes
purificaron a las Danaides en el lago lerneano con permiso de Zeus, los Jueces
de los Muertos las condenaron a la tarea interminable de transportar agua en
cántaros perforados como cedazos[10].
m. Linceo e Hipermestra volvieron
a unirse y Dánao después de haber decidido casar a sus otras hijas lo más
pronto que pudiera antes del mediodía del día de su purificación pidió que se
presentaran pretendientes. Propuso que se corriera una carrera matrimonial
partiendo de la calle Llamada ahora Afeta: el vencedor sería el primero que
eligiría una esposa y los otros las irían eligiendo por su orden de Llegada.
Como no pudo encontrar bastantes hombres dispuestos a arriesgar su vida
casándose con unas asesinas, sólo corrieron unos pocos, pero cuando pasó la
noche de bodas sin que les ocurriera nada malo a los recién casados, se presentaron
más pretendientes, y se celebró otra carrera al día siguiente. Todos los
descendientes de esos matrimonios se consideran dánaos, y los argivos todavía
celebran la carrera en la llamada Competencia Nupcial. Linceo mató
posteriormente a Dánao y reinó en su lugar. De buena gana habría matado también
a sus cuñadas al mismo tiempo para vengar la muerte de sus hermanos, si los argivos
se lo hubiesen permitido[11].
n. Entretanto, Egipto había ido a Grecia, pero
cuando se enteró de la suerte de sus hijos huyó a Aroe, donde murió, y lo
enterraron en Patras, en un templo de Serapis[12].
o. Nauplio, hijo de Amimone y Posidón, famoso
navegante, descubrió el arte de navegar guiándose por la Osa Mayor y fundó la
ciudad de Nauplia, donde estableció a los tripulantes egipcios que habían
navegado con su abuelo. Fue el antepasado de Nauplio el Destructor, quien atraía a los barcos enemigos al naufragio encendiendo fuegos de
señal falsos[13].
*
1. Este mito es testimonio de la primitiva llegada a
Grecia de colonos helenos provenientes de Palestina pasando por Rodas, y su
introducción de la agricultura en el Peloponeso. Se sostiene que entre ellos
había emigrantes de Libia y Etiopía, lo que parece probable (véase 6.1 y 8.2),
Belo es el Baal del Antiguo Testamento y el Bel de los libros apócrifos; había
tomado su nombre de la diosa Luna sumeria Belili, a la que desposeyó.
2. Las tres Danaides, llamadas también Telquines, o
«encantadoras» que dieron su nombre a las tres ciudades de Rodas, eran la diosa
Luna triple Dánae (véase 54.1 y 73.4). Los nombres de Linda, Camiro y Yálisa
parecen ser formas desgastadas de linodeousa
(«atadora con hilo de lino»), catamerizousa
(«distribuidora») e ialemistria
(«mujer que gime»); son, en realidad, las familiares Tres Parcas o Moiras,
llamadas de otro modo Cloto, Láquesis y Atropo (véase 10.1) porque ejercían
esas mismas funciones. La teoría clásica del hilo de lino consistía en que la
diosa ataba al ser humano al extremo de un hilo cuidadosamente medido que iba
largando anualmente, hasta que llegaba el momento de cortarlo y abandonar su
alma a la muerte. Pero originalmente envolvía al infante lloroso en un pañal de
lino en el que estaban bordadas las marcas de su clan y familia y así le
asignaba el lugar que le estaba destinado en la sociedad.
3. El nombre sumerio de Dánae era Dam-kina. Los
hebreos la llamaban Dinah (Génesis xxxiv), y también la masculinizaban como
Dan. Cincuenta sacerdotisas de la Luna constituían la dotación regular de un
colegio, y su deber consistía en mantener la tierra regada mediante
encantamientos que producían la lluvia, el riego y la excavación de pozos; de
aquí que el nombre de las Danaides se haya relacionado con la palabra griega danos, «reseca», y con danos, «un don», la primera a de las
cuales es a veces larga y a veces breve. El hecho de que Agenor y Belo fueran
mellizos, lo mismo que Dánao y Egipto, indica que en Argos existía un sistema
monárquico en el que cada co-rey se casaba con una Suma Sacerdotisa y reinaba
durante cincuenta meses lunares, o la mitad de un Gran Año. Las Sumas
Sacerdotisas eran elegidas mediante una carrera pedestre (el origen de los
Juegos Olímpicos) que se corría al final de los cincuenta meses, o de cuarenta
y nueve en años alternos (véase 53.4). Y la carrera pedestre del Año Nuevo en
Olimpia (véase 53.e), Esparta (véase 160.d), Jerusalén (Hooke: Origen del ritual semita primitivo,
1935, p. 53) y Babilonia (Langdon: Epopeya
de la Creación, versos 57 y 58), se corría por el reinado sagrado, como en
Argos. Un rey Sol debía ser rápido.
4. La Hidra (véase 34.3 y 60.h), muerta por
Heracles, parece haber personificado a ese colegio de sacerdotisas proveedoras
de agua (véase 124.2-4), el mito de las Danaides registra, según parece, dos
tentativas helenas de apoderarse de su templo, la primera de las cuales fracasó
señaladamente. Después de la segunda tentativa, esta vez afortunada, el
caudillo heleno se casó con la Suma Sacerdotisa y distribuyó a las sacerdotisas
del agua como esposas entre sus capitanes. «La calle llamada Afeta» debió de
ser el punto de partida en la carrera de las muchachas para obtener el cargo de
Suma Sacerdotisa, pero utilizada también en la carrera pedestre de los hombres
que aspiraban al cargo de rey sagrado (véase 53.3 y 160.d).
Linceo era un título regio también en Mesenia (véase
74.1) y significa «del lince», el caracal, una especie de león famoso por su
vista aguda.
5. «Egipto» y «Dánao» parecen haber sido títulos
primitivos de los co-reyes de Argos; y como era una costumbre muy difundida
enterrar la cabeza del rey sagrado en los accesos de una ciudad, y protegerla
así contra la invasión (véase 146.2), las supuestas cabezas de los hijos de
Egipto enterradas en Lerna eran probablemente las de sucesivos reyes sagrados.
A los egipcios los llamaban melampodos («pies negros») porque chapoteaban en el
lodo negro del Nilo durante la estación de la siembra.
6. Una sociedad posterior y monógama representaban
las Danaides con sus cántaros agujereados como castigo eterno por matricidio.
Pero en la ilustración de la que se deriva esta fábula realizaban un
encantamiento necesario: derramar agua en tierra para producir chaparrones
mediante la magia simpática (véase 41.5 y 68.1). Parece que el cedazo, o el
jarro que hace agua, siguió siendo una marca distintiva de la mujer prudente
muchos siglos después de la abolición de los colegios
de danaides: Filóstrato dice (Vida de
Apolonio de Tiana vi.11) que «mujeres con cedazos en las manos van de un
lado a otro pretendiendo curar el ganado de los ingenuos pastores».
7. Los fuegos de señal de Hipermestra y Linceo
habrán sido los que encendían en el Festival de la Primavera argivo para
celebrar el triunfo del Sol. Es posible que en Argos se diera muerte al rey
sagrado atravesándole el corazón con una larga aguja: una muerte relativamente
misericordiosa.
8. Las Tesmoforias («ofrendas debidas») eran orgías
agrícolas que se celebraban en Atenas (véase 48.b) y en las cuales llevaban en
un cesto los órganos genitales cortados del rey sagrado o su sustituto; en
tiempos más civilizados los reemplazaban con tortas en forma de falo y
serpientes vivas. Apolo Licio puede significar «Apolo de la Luz» más bien que
«Apolo Lobuno», pero los dos conceptos estaban relacionados por la costumbre de
los lobos de aullar a la luna llena.
[1]
Herodoto: ii.91;
Eurípides, citado por Apolodoro: ii.1.4.
[2]
Apolodoro: ii.11; Higinio:
Fábula 168; Eustacio sobre Homero, p.
37.
[3]
Higinio: loc. cit.; Apolodoro: ii.1.4; Herodoto:
ii.234; Diodoro Sículo: v. 58.1; Estrabón: xiv.2.8.
[4]
Pausanias: ii.38.4 y 19.3;
Eurípides, citado por Estrabón: viii.6.9; Estrabón: loc. cit.; Herodoto: ii.171; Plutarco: Sobre la malicia de Herodoto 13.
[5]
Higinio: Fábula 169; Apolodoro: ii.1.4.
[6]
Pausanias: ii.37.1 y 4;
Estrabón: viii.6.8.
[7]
Higinio: Fábula 168; Apolodoro: ii.1.5; Estrabón:
viii.6.9.
[8]
Apolodoro: loc. cit.; Higinio: Fábula 170.
[9] Apolodoro: loc. cit.; Pausanias: ii.25.4; 19.6 y
21.1.
[10]
Apolodoro: loc. cit.; Luciano: Diálogos marinos vi; Higinio: Fábula 168; Ovidio: Heroidas xiv; Horacio: Odas iii.11.30.
[11]
Píndaro: Odas píticas ix.117 y ss.; Pausanias:
iii.12.2; Higinio: Fábula 170; Servio
sobre la Eneida de Virgilio x.497.
[12]
Pausanias: vii.21.6.
[13]
Apolonio de Rodas:
i.136-8; Teón sobre Fenómenos de
Arato 27; Pausanias: iv.35-2.
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