Equidna dio una terrible descendencia a Tifón, a
saber: Cerbero, el Perro del Infierno con tres cabezas; la Hidra, serpiente acuática
de muchas cabezas que vivía en Lerna; la Quimera, cabra que respiraba fuego con
cabeza de león y cuerpo de serpiente; y Ortro, el perro de dos cabezas de
Geriones, que se acostó con su propia madre y engendró con ella a la Esfinge y
el León Ñemeo[1].
*
1. Cerbero (véase 31.a y 134.e), asociado por los
dorios con el dios egipcio con cabeza de perro Anubis, quien conducía las almas
al infierno, parece haber sido originalmente la diosa de la Muerte, Hécate, o
Hécabe (véase 168.1); se la representaba como una perra porque los perros comen
carne de cadáver y ladran a la luna.
2. La Quimera era, al parecer, un símbolo del
calendario del año tripartito (véase 75.2), los emblemas de cuyas estaciones
eran el león, la cabra y la serpiente.
3. Ortro (véase 132.d), que engendró a la Quimera,
la Esfinge (véase 105.e), la Hidra (véase 60.h y 124.c) y el León Ñemeo (véase
123.b) con Equidna, era Sirio, la estrella-perro que iniciaba el Año Nuevo
ateniense. Tenía dos cabezas, como Jano, porque el año reformado en Atenas
tenía dos estaciones y no tres; el hijo de Ortro, el León, simbolizaba la
primera mitad, y su hija, la Serpiente, la segunda. Cuando desapareció el
emblema de la Cabra, la Quimera dio lugar a la Esfinge, con su cuerpo de león
alado y su cola de serpiente. Como el Año Nuevo reformado comenzaba cuando el
sol estaba en Leo y había empezado la canícula, Ortro miraba en dos direcciones:
hacia adelante al Año Nuevo y hacia atrás al Viejo, como la diosa del
Calendario Cardea, a la que los romanos llamaban Postvorta y Antevorta por eso.
A Ortro se le llamaba «primitivo», probablemente porque iniciaba el Año Nuevo.
[1]
Hesíodo: Teogonía 306 y ss.
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