jueves, 14 de diciembre de 2017

74. LOS MELLIZOS RIVALES

a. Cuando la línea masculina de la Casa de Policaón desapareció tras cinco generaciones, los mesenios invitaron a Perieres, el hijo de Eolo, para que fuera su rey, y él se casó con Gorgófone, la hija de Perseo. Ella le sobrevivió y fue la primera viuda que volvió a casarse; su nuevo marido fue el espartano Ébalo[1]. Hasta entonces había sido costumbre que las mujeres se suicidaran cuando morían sus maridos, como hicieron Polidora, la hija de Meleagro, cuyo marido, Protesilao, fue el primero que saltó a tierra cuando la flota griega llegó a la costa de Troya; Marpesa, Cleopatra y Evadne, hija de Fílaco, que se arrojó sobre la pira fúnebre cuando su esposo murió en Tebas[2].
b. Afareo y Leucipo eran hijos de Gorgófone y Perieres, en tanto que Tindáreo e Ícaro eran fruto de su matrimonio con Ébalo[3]. Tindáreo sucedió a su padre en el trono de Esparta, e Ícaro actuaba como co-rey, pero Hipocoonte y sus doce hijos expulsaron a ambos, aunque algunos dicen que Ícaro (que más tarde llegó a ser suegro de Odiseo) se puso de parte de Hipocoonte. Tindáreo se refugió en el palacio del rey Testio en Etolia y se casó con su hija Leda, quien le dio como hijos a Castor y Clitemnestra, y al mismo tiempo dio a Helena y Pólux a Zeus[4]. Posteriormente adoptó a Pólux, recuperó el trono de Esparta y fue uno de los que Asclepio resucitó de entre los muertos. En Esparta se muestra todavía su tumba[5].
c. Entretanto, su hermanastro Afareo había sucedido a Perieres en el trono de Mesene, donde Leucipo —de quien, según dicen los mesemos, tomó su nombre la ciudad de Leuctra— actuaba como co-rey y gozaba de poderes menos importantes. Afareo se casó con su hermanastra Arene, con quien tuvo por hijos a Idas y Linceo; aunque Idas era, en verdad, hijo de Posidón[6]. Ahora bien, las hijas de Leucino, las Leucípides, a saber Febe, sacerdotisa de Atenea, e Hilaíra, sacerdotisa de Ártemis, estaban comprometidas con sus primos Idas y Linceo; pero Castor y Pólux, a los que se conoce comúnmente como los Dioscuros, las raptaron y tuvieron hijos con ellas, lo que ocasionó una enconada rivalidad entre los dos pares de mellizos[7].
d. Los Dioscuros, que nunca se separaban el uno del otro en aventura alguna, llegaron a ser el orgullo de Esparta. Castor era famoso como soldado y domador de caballos, y Pólux como el mejor púgil de su época; ambos ganaron premios en los Juegos Olímpicos. Sus primos y rivales no se tenían un afecto menor; Idas tenía más fuerza que Linceo, pero Linceo poseía unos ojos tan penetrantes que podía ver en la oscuridad o adivinar el paradero de un tesoro enterrado[8].
e. Ahora bien, Eveno, un hijo de Ares, se había casado con Alcipe, por quien se hizo padre de Marpesa. Con el propósito de que su hija se mantuviera virgen invitó a cada uno de sus pretendientes por turno a correr con él una carrera de carros; el triunfador obtendría Marpesa y el vencido perdería la cabeza. Pronto hubo muchas cabezas clavadas a las paredes de la residencia de Eveno. y Apolo, que se enamoró de Marpesa, manifestó que le disgustaba una costumbre tan bárbara y declaró que terminaría pronto con ella desafiando a Eveno a una carrera. Pero Idas también se había enamorado de Marpesa y pidió un carro alado a su padre Posidón[9]. Antes de que Apolo pudiera actuar, fue a Etolia y raptó a Marpesa de entre un grupo de bailarinas. Eveno le persiguió, pero no pudo alcanzar a Idas, y se sintió tan mortificado que, después de matar a sus caballos, se ahogó en el río Licormas, llamado desde entonces Eveno[10].
f. Cuando Idas llegó a Mesene, Apolo trató de quitarle a Marpesa. Se batieron, pero Zeus los separó y ordenó que Marpesa misma decidiera con quién prefería casarse. Temiendo que Apolo la abandonara cuando envejeciera, como había hecho con otras muchas de sus amadas, eligió a Idas como esposo[11].
g. Idas y Linceo fueron dos de los cazadores de Calidón y navegaron en el Argo a Cólquide. Un día, después de la muerte de Afareo, ellos y los Dioscuros arreglaron su disputa lo suficiente para unir sus fuerzas en una incursión para apoderarse de ganado en Arcadia. La incursión tuvo buen éxito e Idas fue elegido echando suertes para que dividiese el botín entre los cuatro. Descuartizó una vaca en cuatro partes y dictaminó que la mitad del botín pertenecería al primero que comiera su parte y el resto al que quedara en segundo lugar. Casi antes que los otros se dispusieran a comenzar la competencia, Idas engulló su parte y luego ayudó a Linceo a tragarse la suya; pronto desapareció el último pedazo y él y Linceo condujeron el ganado hacia Mesene. Los Dioscuros se quedaron hasta que Pólux, el más lento de los dos, terminó de comer. Acto seguido se dirigieron a Mesene y protestaron ante los ciudadanos alegando que Linceo había perdido el derecho a su parte por haber aceptado la ayuda de Idas, y que Idas había perdido el derecho a la suya por no haber esperado a que todos los competidores estuvieran preparados. Dio la casualidad de que Idas y Linceo se hallaban en el monte Taigeto ofreciendo un sacrificio a Posidón, lo que aprovecharon los Dioscuros para apoderarse del ganado disputado y también de otros bienes robados, y luego ocultarse en un roble hueco para esperar la vuelta de sus rivales. Pero Linceo los había avistado desde la cumbre del Taigeto, e Idas descendió apresuradamente de la montaña, arrojó su lanza contra el árbol y traspasó con ella a Castor. Cuando Pólux salió para vengar a su hermano, Idas arrancó la lápida mortuoria de la tumba de Afareo y la arrojó contra él. Aunque gravemente herido, Pólux consiguió matar a Linceo con su lanza; y en ese momento intervino Zeus en favor de su hijo y mató a Idas con un rayo[12].
h. Pero los mesenios dicen que Castor mató a Linceo y que Idas, enloquecido por la pena, interrumpió la lucha y comenzó a enterrarlo. Entonces se acercó Castor y demolió insolentemente el monumento que acababa de erigir Idas, negando que Linceo fuera digno de él. «Tu hermano no ha peleado mejor que como lo habría hecho una mujer», gritó en tono insultante. Idas se dio vuelta y hundió su espada en el vientre de Castor, pero Pólux se vengó inmediatamente[13].
i. Otros dicen que fue Linceo quien hirió mortalmente a Castor en un combate librado en Afidna; y otros que Castor fue muerto cuando Idas y Linceo atacaron a Esparta; y otros más, que los dos Dioscuros sobrevivieron a la lucha y que Castor fue muerto posteriormente por Meleagro y Polinices[14].
j. Se conviene generalmente, por lo menos, en que Pólux fue el último sobreviviente de los dos pares de mellizos y en que, después de erigir un trofeo junto al estadio espartano para celebrar su victoria sobre Linceo, suplicó a Zeus: «¡Padre, no permitas que sobreviva a mi querido hermano!». Pero como estaba predestinado que sólo muriese uno de los hijos de Leda, y Tindáreo, el padre de Castor, había sido un mortal, Pólux, como hijo de Zeus, fue llevado a su tiempo al Cielo. Pero él rechazó la inmortalidad a menos que la compartiera con Castor, y Zeus, en consecuencia, concedió a ambos que pasaran su vida alternativamente en el aire superior y bajo la tierra en Terapne. Y para premiar aún más su amor fraterno puso sus imágenes entre las estrellas como la constelación Géminis[15].
k. Después de la divinización de los Dioscuros, Tindáreo ordenó a Menelao que viniese a Esparta, y le entregó su reino; y como la casa de Afareo quedó también sin heredero, Néstor ocupó el trono de toda la región de Mesenia, con excepción de la parte que gobernaban los hijos de Asclepio[16].
l. Los espartanos muestran todavía la casa en que vivieron los Dioscuros. Posteriormente fue dueño de ella un tal Formión, a quien visitaron una noche fingiendo que eran forasteros de Cirene. Le pidieron alojamiento y le suplicaron que los dejara dormir en su antigua habitación. Formión replicó que serían bien acogidos en cualquier otra parte de la casa, pero que, lamentablemente, su hija ocupaba la habitación de la que hablaban. A la mañana siguiente la muchacha y todas sus pertenencias habían desaparecido y la habitación estaba vacía, excepto las imágenes de los Dioscuros y un poco de benjuí sobre una mesa[17].
m. Posidón hizo a Castor y Pólux salvadores de los marineros náufragos y les otorgó el poder de enviar vientos favorables; en respuesta a un sacrificio de corderos blancos ofrecidos en la proa de cualquier barco llegaban apresuradamente por el firmamento, seguidos por un séquito de gorriones [18].
n. Los Dioscuros combatieron con la flota espartana en Egospótamos, y luego los vencedores colgaron en su honor dos estrellas de oro en Delfos, pero esas estrellas cayeron y desaparecieron poco antes de la fatal batalla de Leuctra[19].
o. Durante la segunda guerra mesenia una pareja de mesenios provocaron la ira de los Dioscuros haciéndose pasar por ellos. Sucedió que el ejército espartano celebraba una fiesta de los semidioses cuando dos lanceros mellizos entraron en el campamento llevando sus caballos a todo galope, vestidos con túnicas blancas, capas purpúreas y casquetes oviformes. Los espartanos se prosternaron para adorarlos, y los supuestos Dioscuros, dos jóvenes mesenios llamados Gonipo y Panormo, mataron a muchos de ellos. Por lo tanto, después de la batalla de la Tumba del Jabalí, los Dioscuros se posaron en un peral silvestre y arrebataron el escudo del victorioso jefe mesenio Aristomenes, lo que impidió a éste perseguir a los espartanos en retirada y así salvaron muchas vidas; y también, cuando Aristomenes trató de atacar a Esparta durante la noche, los fantasmas de los Dioscuros y de su hermana Helena le hicieron retroceder. Posteriormente, Castor y Pólux perdonaron a los mesenios, quienes les ofrecieron sacrificios cuando Epaminondas fundó la nueva ciudad de Mesena[20].
p. Presiden los Juegos Espartanos, y porque inventaron la danza guerrera y la música bélica, son los patronos de todos los bardos que cantan las batallas antiguas. En el templo de Hilaíra y Febe en Esparta a las dos sacerdotisas se les sigue llamando Leucípides, y del techo cuelga el huevo del que salieron los mellizos de Leda[21]. Los espartanos representa a los Dioscuros mediante dos vigas de madera paralelas unidas por dos transversales. Sus co-reyes llevan siempre esas vigas a la batalla y cuando, por primera vez, un ejército espartano fue encabezado por un solo rey, se decretó que también una viga debía quedar en Esparta. Según los que han visto a los Dioscuros, la única diferencia que puede observarse entre ellos es que el rostro de Pólux muestra las cicatrices del pugilato. Se visten del mismo modo, cada uno de ellos tiene su media cascara de huevo coronada por una estrella, cada uno su lanza y su caballo blanco. Algunos dicen que Posidón les dio sus caballos; otros, que el corcel tesalio de Pólux era un regalo de Hermes[22].

*

1. Con objeto de dar al rey sagrado la precedencia sobre su sucesor se le describía habitualmente como hijo de un dios, con una madre con la que su esposo engendraba luego a un mellizo mortal. Así, Heracles es hijo de Zeus y Alcmena, pero su mellizo Ificles es hijo de Anfitrión, el marido de Alcmena; una fábula análoga se relata acerca de los Dioscuros de Laconia y de sus rivales, Idas y Linceo de Mesenia. La perfecta armonía existente entre los mellizos mismos marca una nueva etapa en la evolución de la dignidad real, en la que el sucesor actúa como visir y jefe de estado mayor (véase 94.1), y es nominalmente menos poderoso que el rey sagrado. Por lo tanto, Castor, y no Pólux, es la autoridad en la guerra —inclusive instruye a Heracles en las artes militares, identificándose así con Ificles— y Linceo, no Idas, está dotado con la visión penetrante. Pero hasta que evolucionó el sistema del reino doble el sucesor no era considerado inmortal ni se le concedía la misma posición póstuma que a su mellizo.
2. Los espartanos estaban frecuentemente en guerra con los mesenios y en la época clásica poseían suficiente poderío militar e influencia sobre el oráculo de Delfos para imponer sus héroes mellizos al resto de Grecia, alegando que gozaban con el Padre Zeus de un favor mayor que cualquier otro par de mellizos; el reino espartano sobrevivió, ciertamente, a todos sus rivales. Si no hubiera sido así, la constelación de los Mellizos (Géminis) habría podido conmemorar a Heracles e Ificles, o a Idas y Linceo, o a Acrisio y Preto, en vez de solamente a Castor y Pólux, quienes ni siquiera eran los únicos héroes que gozaban del privilegio de montar caballos blancos: todo héroe merecedor de un banquete de héroes era jinete. Son esos banquetes celebrados a la puesta del sol, en los cuales los descendientes del héroe comían un buey entero, los que explican la glotonería atribuida a Lépreo (véase 138.h) y Heracles (véase 143.a); y en este mito a Idas, Linceo y sus rivales.
3. El casamiento con las Leucípides daba la dignidad real a los co-reyes espartanos. Se las describía como sacerdotisas de Atenea y Artemis y se les daban nombres lunares, pues eran, en efecto, representantes de la diosa Luna; por lo tanto, en las pinturas de ánforas el carro de Selene va acompañado con frecuencia por los Dioscuros. Como Espíritu del Año Creciente, el rey sagrado se emparejaba, naturalmente, con Artemis, diosa Luna de la primavera y el verano; y su sucesor, como Espíritu del Año Menguante, como Atenea, que se había convertido en una diosa Luna del otoño y el invierno. El mitógrafo sugiere que los espartanos vencieron a los mesenios y que sus caudillos se casaron por la fuerza con las herederas de Arene, una ciudad importante de Mesenia en la que se rendía culto a la Madre de cabeza de yegua, estableciendo así el derecho a toda la región circundante.
4. Lo mismo se puede decir de Marpesa: al parecer, los mesenios hicieron una incursión contra los etolios del valle del Eveno, donde se adoraba a la madre Cerda, y se llevaron a la heredera, Marpesa («arrebatadora» o «glotona»). Se les opusieron los espartanos, adoradores de Apolo, que les envidiaban su triunfo. La disputa fue elevada a la autoridad central de Micenas, que dictaminó en favor de los mesenios. Pero la carrera de carros de Eveno con Idas recuerda los mitos de Pélope y Enómao (véase 109.j) y de Heracles y Cieno (véase 143.e-g). En todos los casos se mencionan los cráneos de los rivales del rey. La ilustración gráfica de la que se han deducido todas estas fábulas mostraba, sin duda, al rey viejo dirigiéndose al rompimiento del carro que le deparaba el destino (véase 71.1) después de haber ofrecido siete sustitutos anuales a la diosa (véase 42.2). Sus caballos son sacrificados como preliminar de la instalación del nuevo rey (véase 29.1 y 81.4). El anegamiento de Eveno es probablemente una mala interpretación: muestra a Idas purificándose antes del casamiento y luego alejándose triunfalmente en el carro de la Reina. Sin embargo, los ritos nupciales pelasgos se han combinado en la fábula con la costumbre helena del casamiento mediante la captura. El robo de ganado fatal puede referirse a un episodio histórico, una pendencia entre los mesenios y los espartanos acerca del reparto del botín en la expedición conjunta contra Arcadia (véase 17.1).
5. La visita de Castor y Pólux a la casa de Formión está descrita solapadamente: el autor relata otra treta jugada a los estúpidos espartanos mediante una personificación de sus héroes nacionales. Cirene, donde eran adorados los Dioscuros, producía benjuí, una especie de asafétida, cuyo olor y sabor fuerte lo hacía valioso como condimento. Los dos mercaderes de Cirene eran evidentemente lo que decían que eran, y cuando se llevaron a la hija de Formión, dejaron como pago sus mercaderías. Formión decidió considerarlo un milagro.
6. Los perales silvestres estaban consagrados a la Luna a causa de su flor blanca, y la imagen más antigua de la diosa Muerte, Hera en su templo de Micenas estaba hecha con madera de peral. Plutarco (Cuestiones griegas 51) y Eliano (Varia historia iii.39) mencionan la pera como una fruta peculiarmente venerada en Argos y Tirinto; de aquí que al Peloponeso se le llamara Apia, «del peral» (véase 64.4). Atenea, también una diosa de la Muerte, tenía el sobrenombre de Once («peral») en su templo de Beocia. Los Dioscuros eligieron ese árbol para posarse con el fin de demostrar que eran héroe auténticos; además, el peral forma sus frutos hacia el final de mayo (véase 72.2), cuando el sol está en la casa de los mellizos, o sea, en Géminis, y cuando la estación propicia para la navegación comienza en el Mediterráneo Oriental. Los gorriones que siguen a los Dioscuros cuando éstos aparecen en respuesta a las plegarias de los navegante pertenecen a la diosa marina Afrodita; Juto («gorrión»), el padre de Éolo (véase 43.1) era un antepasado de los Dioscuros, quienes la adoraban.
7. En el Himno Homérico a los Dioscuros (7 y ss.) no está claro si Castor y Pólux son seguidos por gorriones o si llegan precipitadamente en «alas de gorrión» por el aire superior en ayuda de los navegantes náufragos; pero en los espejos etruscos se los representa a veces con alas. Su símbolo en Esparta, la docana, representaba las dos columnas de apoyo de un altar; otro símbolo consistía en dos ánforas, cada una con una serpiente enroscada; las serpientes eran los Dioscuros encarnados que iban a comer el alimento colocado en las ánforas.
8. Gorgófone desafió la costumbre indoeuropea de la muerte de la viuda en la hoguera al volver a casarse (véase 69.2; 74.a y 106.1).





[1] Pausanias: iv.2.2 y iii.1.4; Apolodoro: i.9.5.

[2] Cypria, citada por Pausanias: iv.2.5; Pausanias: iii.1.4.

[3] Apolodoro: i.9.5; Pausanias: loc. cit.

[4] Pausanias: loc. cit.; Apolodoro: iii.10.5-7.

[5] Panyasis, citado por Apolodoro: iü.10.3; Pausanias: iii.17.4.

[6] Pausanias: iii.26.3 y iv.2.3; Apolodoro: iii.10.3.

[7] Apolodoro: iii.11.2; Higinio: Fábula 80.

[8] Apolodoro: loc. cit. y iii.10.3; Homero: Odisea xi.300; Pausanias: iv.2.4; Higinio: Fábula 14; Palefato: Fábulas increíbles x.

[9] Higinio: Fábula 242; Apolodoro: i.7.8; Plutarco: Vidas paralelas 40; Escoliasta y Eustacio sobre la Ilíada de Homero ix.557.

[10] Plutarco: loc. cit.; Apolodoro: loc. cit.

[11] Apolodoro: i.7.9.

[12] Apolodoro: i.8.2; i.9.16 y iii.11.2; Teócrito: Idilios xxii.137 y ss.; Píndaro: Odas nemeas x.55 y ss.

[13] Higinio: Fábula 80.

[14] Ovidio: Fasti v.699 y ss.; Higinio: Astronomía poética ii.22; Teócrito: loc. cit.; Escoliasta sobre la Odisea de Homero xi.300.

[15] Pausanias: iii.14.7; Apolodoro: iii.11.2; Píndaro: Odas nemeas x.55 y ss.; Luciano: Diálogos de los Dioses 26; Higinio: loc. cit.

[16] Apolodoro: loc. cit.; Pausanias: iv.3.1.

[17] Pausanias: iii.16.3.

[18] Higinio: Astronomía poética ii.22; Eurípides: Helena 1503; Himno homérico a los Dioscuros 1 y ss.

[19] Cicerón: Sobre la adivinación i.34.75 y ii.32.68.

[20] Pausanias: iv.27.1; iv.16.2 y v.27.3.

[21] Píndaro: Odas nemeas x.49; Cicerón: Sobre la oratoria ii.8.86; Teócrito: Idilios xxii.215-20; Pausanias: iii.16.1-2.

[22] Plutarco: Sobre el amor fraterno i; Herodoto: v.75; Luciano: Diálogos de los Dioses 26; Higinio: Astronomía poética ii.22; Ptolomeo Hefestiono: viii. citado por Focio, p.490.


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