jueves, 14 de diciembre de 2017

55. LAS EMPUSAS

a. Los inmundos demonios llamados Empusas, hijas de Hécate, tienen ancas de asno y llevan zapatillas de bronce, a menos que, como declaran algunos, tengan una pata de asno y otra pata de latón. Acostumbran asustar a los viajeros, pero se las puede ahuyentar con palabras insultantes, al oír las cuales huyen chillando. Las Empusas se disfrazan de perras, vacas o doncellas hermosas, y en la última forma se acuestan con los hombres por la noche o durante la siesta, y les chupan sus fuerzas vitales hasta que mueren[1].

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1. Las Empusas («entradoras por fuerza») son demonios femeninos ávidamente seductores, concepción probablemente llevada a Grecia desde Palestina, donde se las llamaba Lilim («hijas de Lilith») y se creía que tenían ancas de asno, pues el asno simbolizaba la lascivia y la crueldad. Lilith («buho») era una Hécate cananea, y los judíos hacían amuletos para protegerse con ella en una época tan posterior como la Edad Media. Hécate, la verdadera gobernante del Tártaro (véase 31.f), llevaba una sandalia de bronce —la sandalia de oro era de Afrodita— y sus hijas, las Empusas, seguían su ejemplo. Podían transformarse en doncellas hermosas o vacas, así como en perras, porque la perra Hécate, miembro de la tríada de la Luna, era la misma diosa que Afrodita, o la Hera de ojos de vaca.




[1] Aristófanes: Ranas 288 y ss.; Parlamento de las mujeres 1056 y 1094; Papyri Magia Graeci iv.2334; Filóstrato: Vida de Apolonio de Tiana iv.25; Suidas sub Empusas.

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