a. El Ares tracio ama la batalla por sí misma y su
hermana Eris provoca constantemente ocasiones para la guerra mediante la difusión
de rumores y la inculcación de celos. Como ella, él nunca favorece a una ciudad
o una facción más que a otra, sino que combate en este o en aquel lado según la
inclinación del momento y se complace en la matanza de hombres y el saqueo de
ciudades. Todos sus colegas inmortales le odian, desde Zeus y Hera para abajo,
con excepción de Eris, Afrodita, quien abriga una perversa pasión por él, y el
voraz Hades, quien acoge de buen grado a los jóvenes y valientes combatientes
muertos en guerras crueles.
b. Ares no siempre salía victorioso. Atenea,
guerrera mucho más hábil que él, lo venció dos veces en combate. En una ocasión
los hijos gigantes de Aloco lo derrotaron y mantuvieron prisionero en una
vasija de bronce durante trece meses, hasta que, medio muerto, lo puso en
libertad Hermes; en otra ocasión Heracles le hizo huir presa del pánico al
Olimpo. Sentía un desprecio tan profundo por los pleitos que nunca se presentó
ante un tribunal como demandante y sólo lo hizo una vez como acusado, cuando
los otros dioses le inculparon del asesinato voluntario de Halirrotio, hijo de
Posidón. Se justificó alegando que había salvado a su hija Alcipe, de la casa de Cécrope, de ser violada por dicho Halirrotio. Como nadie había
presenciado el incidente, excepto el propio Ares y Alcipe, quien, naturalmente,
confirmó la declaración de su padre, el tribunal lo absolvió. Esta fue la
primera sentencia pronunciada en un juicio por asesinato; a la colina en que se
celebró la causa se la llamó Areópago, nombre que todavía lleva[1].
*
1. A los atenienses no les gustaba la guerra, como
no fuera en defensa de la libertad, o por alguna otra razón igualmente
convincente, y despreciaban a los tracios, considerándolos unos bárbaros porque
hacían de ella un pasatiempo.
2. En el relato que hace Pausanias del asesinato,
Halirrotio había conseguido ya violar a Alcipe. Pero Halirrotio sólo puede ser
un sinónimo de Posidón, y Alcipe un sinónimo de la diosa de cabeza de yegua. El
mito, en efecto, recuerda la violación de Deméter por Posidón y se refiere a
una conquista de Atenas por la gente de Posidón y la humillación que infirió a
la diosa (véase 16.3). Pero ha sido modificado por motivos patrióticos y
combinado con una leyenda de algún juicio por asesinato anterior. «Areiopago»
significa probablemente «la colina de la Diosa propiciadora», pues areia es uno de los títulos de Atenea.
[1]
Apolodoro: iii.14.2;
Pausanias: i.21.7. 1 Himno homérico a
Afrodita 21-30.
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