a. Algunos dicen que todos los dioses y todas las
criaturas vivientes surgieron del Océano que circunda al mundo y que Tetis fue
la madre de todos sus hijos[1].
b. Pero los órficos dicen que la Noche de alas
negras, diosa por la que incluso Zeus sentía un temor reverente[2], fue cortejada por el
Viento y puso un huevo de plata en el seno de la Oscuridad; y que Eros, a quien
algunos llaman Fanes, salió de ese huevo y puso el Universo en movimiento. Eros
tenía doble sexo y alas doradas y, como poseía cuatro cabezas, a veces mugía
como
un toro o rugía como un león, y otras veces silbaba
como una serpiente o balaba como un carnero. La Noche, que le dio el nombre de
Ericepayo y Protógeno Faetón[3] vivía en una cueva con él
y se manifestaba en forma de tríada: la Noche, el Orden y la Justicia. Delante
de esa cueva se sentaba la ineludible madre Rea, tocando un tambor de latón
para captar la atención de los hombres sobre los oráculos de la diosa. Panes
creó la tierra, el cielo, el sol y la luna, pero la diosa triple gobernó el
universo hasta que su cetro pasó a Urano[4].
*
1. El mito de Homero es una versión de la fábula de
la creación pelasga (véase 1.2), puesto que Teas reinaba en el mar como
Eurínome y Océano circundaba el Universo como Ofión.
2. El mito órfico es otra versión, pero influida por
una posterior doctrina mística del amor (Eros)
y teorías acerca de la relación apropiada de los sexos. El huevo de plata de la
Noche significa la luna, pues la plata es el metal lunar. Como Ericepayo
(«comedor de brezo») el dios del amor Panes («revelador») es una abeja
celestial que zumba fuertemente, hijo de la Gran Diosa (véase 18.4). La colmena
era estudiada como una república ideal y confirmaba el mito de la Edad de Oro,
cuando la miel caía de los árboles (véase 5.b). Rea tocaba el tambor de latón
para impedir que las abejas enjambrasen en el lugar que no correspondía y para
evitar las malas influencias, como las bramaderas utilizadas en los Misterios.
Como Protógeno Faetonte («el brillador primogénito») Fanes es el Sol, del que
los órficos hacían un símbolo de la iluminación (véase 28.d), y sus cuatro
cabezas corresponden a los animales simbólicos de las cuatro estaciones. Según
Macrobio, el Oráculo de Colofón identificaba a este Fanes con el dios supremo
Iao; Zeus (carnero) con la primavera: Helio (león) con el verano; Hades
(serpiente) con el invierno, y Dioniso (toro) con el Año Nuevo.
El cerro de la Noche pasó a Urano con el
advenimiento del patriarcado.
[1]
Homero: Ilíada xiv.201.
[2]
Ibíd.: xiv.261.
[3] Fragmentos órficos 60,61 y 70
[4]
Ibíd.: 86
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